¿Qué duración tienen los implantes dentales?

¿Qué duración tienen los implantes dentales?

Cuando tenemos que hacer una inversión, ya sea en salud o en otro tipo de ámbitos o aspectos de la vida, nos preocupamos mucho de la duración, si nos va a durar para toda la vida o no, y lo mismo sucede con los implantes dentales.

Los implantes dentales son la mejor alternativa ante la ausencia de piezas dentales y pese a que ningún tratamiento es para toda la vida, son muchos los aspectos que nos hacen pensar que es una solución a muy largo plazo.

Y es que, una de las claves son sus materiales, como el titanio y el zirconio, muy resistentes y duraderos, que permiten mejorar la salud bucal y la calidad de vida a lo largo del tiempo. Para conseguirlo, una de las cosas fundamentales que deberemos hacer será llevar un buen cuidado, mantener una correcta higiene, y acudir a todas las revisiones que nos aconseje nuestro dentista. Si cuidamos la higiene, conseguiremos que los implantes dentales perduren el máximo tiempo posible.

DURACIÓN DEL TRATAMIENTO

La duración del tratamiento es muy variable y depende principalmente de la técnica empleada por el implantólogo. A groso modo, podemos decir que como mínimo, un tratamiento de implantes dentales puede durar alrededor de dos meses, desde que éste se inicia hasta que se colocan las piezas definitivas.

Si no hay complicaciones y las condiciones son buena, como colocar el implantes sin que haya pasado mucho tiempo tras la pérdida dental, en poco más de dos meses podrás lucir una nueva sonrisa. Para ellos se colocará el implante en el hueso y tras la osteointegración, se elaboran y coloca la corona profética.

Si hay que hacer una regeneración parcial del hueso, el tratamiento se puede alargar hasta los 4 meses, ya que .habrá que injertar tejido óseo para poder asegurar la colocación del implante.

El el caso de que el paciente no tenga una estructura ósea que permita la osteointegración del implante, el tratamiento podrá durar hasta 9 meses y será mucho más complejo, debido a 3 intervenciones: la primera para regenerar el tejido óseo perdido, después colocar el implante y otra más para colocar la corona.

 

 

Evolución de los materiales en prótesis dental: del metal al zirconio

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Dentro de la revolución odontológica vivida en las últimas décadas, con constantes y notables mejoras en todos los aspectos que rodean a la medicina bucodental, el zirconio se ha convertido en el rey de los materiales utilizados en prótesis dentales, ya sean coronas, puentes o prótesis fijas sobre implantes.

Los dientes de oro, las coronas con base metálica que dejan a la vista el típico borde negro con la recesión gingival propia del paso del tiempo, o las prótesis de resina están coexistiendo con las soluciones estéticas y resistentes que ofrecen los materiales cerámicos. Entre estos, el más valorado es la zirconia o dióxido de zirconio, un material de alto rendimiento obtenido a partir del mineral más abundante en la corteza terrestre, tanto por sus excelentes cualidades para la medicina protésica como por su alto grado de biocompatibilidad con el cuerpo humano.

Buscando la mayor estética del paciente, las coronas con base de metal empezaron a sustituir el metal por zirconio. Este núcleo consistía en un casquillo creado en un centro de fresado que descansaba sobre el diente o el pilar de titanio del implante, y sobre el cual se cargaba una capa de porcelana o cerámica, que tras un paso por el horno de cocción se tintaba con el color deseado del diente.

El problema de este sistema radicaba en que la unión de ambos materiales, zirconio y porcelana, se agrietaba o incluso rompía. Por ello, y pese a sus evidentes resultados estéticos, las coronas de porcelana con base de zirconio presentaban numerosas contraindicaciones, no aconsejándose su utilización en tramos largos –puentes en los que faltan dos o más piezas-, en molares –por la elevada fuerza aplicada en la masticación- o en pacientes bruxistas o de mordida potente.

La solución llegó con el zirconio monolítico, que permitió superar estos problemas al eliminarse la unión entre dos materiales diferentes. Con una pieza dental íntegramente realizada en un material tan resistente como el zirconio, el diseño en un software CAD-CAM de toda la pieza en un único paso permite obtener una visualización clara del resultado final.

Este avance repercute directamente en el propio paciente, que puede ver un modelo provisional e incluso probarlo, buscando la óptima oclusión y estética, antes de construir la pieza definitiva a partir de un monobloque o pastilla de zirconia en equipos de fresado muy modernos y con los más altos estándares de calidad.

Una vez finalizado el proceso de fabricación de la pieza protésica, ya sea una corona unitaria, un puente o incluso una arcada entera sobre implantes, se le aplica a la misma el color y tono que más se ajuste a cada paciente y se pasa por un horno de sinterización donde se le aplica la temperatura y humedad necesarias para obtener el resultado final.

Las empresas dedicadas a la fabricación de materiales protésicos no dejan de innovar y buscar nuevas evoluciones que permitan obtener resultados más naturales, resistentes y estéticos.

Es el caso de Zirconzahn, que para el sector anterior –los dientes de delante- ha desarrollado la zirconia Prettau Anterior, un material que presenta todas las ventajas del zirconio monolítico pero mejorando su transparencia y permitiendo obtener prótesis 100% blancas, asegurando un tintado totalmente natural que permita mimetizar una pieza protésica con los dientes propios del paciente sin que se note la diferencia.

Fuente: doctorsenis.es